jueves, 19 de junio de 2014

El descalzo

Su largo y blanqueado cabello resaltaba entre las cabezas de la escasa muchedumbre. Lucía una llamativa barba y vestía un viejo y sencillo blusón oscuro. De su hombro colgaba un descuidado bolsón que seguramente guardaba todas sus pertenencias. Con la mirada le seguí los pasos descalzos sobre la baldosa, lo noté ardoroso. Se dirigió a la archivera y registró su préstamo. Morí de ganas por saber qué libro se llevó a casa, uno de los tantos rincones que circundan la Posta Central.

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