jueves, 19 de junio de 2014

La descuartizadora

La asesina ingresó por la ventana frontal arrastrando el cuerpo de su desconocida víctima. El acto homicida se había realizado minutos antes en el antejardín del mismo domicilio, los vecinos no se despertaron y nadie llamó a Carabineros.  Comenzó por las extremidades y como con cariño, se deslizó despacio y las posó minuciosamente sobre la alfombra. No era la primera vez que dormía junto a un cadáver aún tibio. La autoridad local la sorprendió al mediodía siguiente. La joven criminal parpadeó sus bigotes y pagó su atún diario como fianza. Quedó en libertad maullando gloriosa.

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